viernes, 14 de noviembre de 2008

¿Qué hacer cuando aparece el pudor de tu hijo?

A los cinco o seis años, los niños pasan de vivir la desnudez con naturalidad a esconderla, incluso de los padres que hasta hace poco les bañaban. Ahora el niño tiene conciencia de que la gente no va desnuda por la calle y es por algo. Sabe que sus genitales no solo sirven para expulsar la orina, aunque cualquier otro uso le queda todavía muy lejos. Esas contradicciones le llevan a «esconder» lo que antes mostraba con naturalidad.

¿Qué debemos hacer?

· No preocuparnos; debemos acompañar al niño en esta etapa y respetar su intimidad.
· No debemos forzarle a cambiar de actitud, ni insistir imponiéndole nuestra desnudez de adultos.
· Es el momento de enseñarle el respeto por su propio cuerpo, que nadie puede tocar ni mirar sin su autorización. De ese modo, además de ayudarle a prevenir abusos, fortalecemos una personalidad que se afianza día a día.
Si les sorprendemos jugando a médicos, no debemos escandalizarnos ni asustarles, aunque tampoco es conveniente fomentar esos juegos que ellos buscan para comparar información.


Es conveniente hablar de sexo con tu hijo desde el momento en que él empiece a conocer su cuerpo.

Más tarde o más temprano tu hijo empezará a hacer preguntas sobre sexo. Algunos padres más modernos creen que cuando llegue el momento la discusión sobre el tema será fácil, que todo será una cuestión de ponerse a hablar. Todo parece muy fácil, pero cuando llegue la hora de la charla, seguramente en la mayoría de los casos, parecerá más complicado, tratándose de niños. ¿Si existe algún truco? Pues sí. El truco estar en mantenerse firme, jamás inventar o mentir, no evadirse de la pregunta, y no contestar más de lo que tu hijo pregunte.

Lo ideal es hablarle de sexo en cuentagotas, es decir, a la medida de su curiosidad según la edad que tenga.Es conveniente hablar de sexo con tu hijo desde el momento en que él empiece a conocer su cuerpo y a nombrarlo. Para los niños es muy importante que cada parte de su cuerpo tenga un nombre y no un "apodo". Si se habla de cabeza es cabeza, de mano es mano, de pene es pene, de nalga es nalga y así siempre. Evita darles otros nombres para que el niño no se sienta confundido. Otra ventaja de charlar con los hijos sobre sexo es aumentar la intimidad y la afectividad entre ambos, abrir caminos para que se pueda discutir en casa sobre todo y dar al niño la seguridad de que piense que "voy a preguntar a papá y a mamá porque ellos siempre me contestan".

Por: Educador.


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